Con la llegada del calor apetece una escapada a la playa, disfrutar de un día tumbado en la arena, ponerse moreno y darse un chapuzón en el mar. Si eres una persona que lleva accesorios de forma diaria, tienes que saber que el mar salada puede dañarlas. Es por ello, que debes conocer de qué material están elaborados y darles el cuidado necesario.
El alto contenido de sal puede llegar a ser corrosivo e incluso puede llegar a oxidar tus complementos. Por lo tanto, tus accesorios podrían debilitarse e incluso en el peor de los casos romperse. La sal puede corroer algunas joyas más que otras, por ejemplo las cadenas, la soldadura en los puntos de unión de algunos diseños o la pedrería.
El acero inoxidable es uno de los materiales más confiables cuando se trata de joyas resistentes al agua, especialmente si se van a utilizar en ambientes marinos. Aunque estas piezas usualmente están recubiertas con una capa de oro de 18 kilates, lo que garantiza una apariencia más lujosa, el núcleo de acero evita que se oxiden. Sin embargo, con el paso del tiempo, es posible que estas joyas pierdan algo de su brillo original, aunque su estructura se mantenga intacta.
El oro es un metal noble que no sufre oxidación ni se ve afectado por el agua, ya que no reacciona con el oxígeno. No obstante, muchas joyas de oro cuentan con una delgada capa de rodio aplicada para mejorar su brillo o alterar ligeramente su color. Esta capa puede ir desapareciendo gradualmente, especialmente si la pieza entra en contacto frecuente con agua o sustancias abrasivas, lo que provoca que el acabado pierda su intensidad con el tiempo.
La plata 925, también conocida como sterling silver, está compuesta por un 92,5% de plata pura, lo que la convierte en un material de alta calidad y gran resistencia. A pesar de ello, la exposición constante al agua, especialmente si contiene sal o productos químicos como protectores solares, puede afectar su brillo. En condiciones normales, como el contacto con agua corriente, la joya no debería deteriorarse, pero es recomendable evitar agentes agresivos que puedan comprometer su aspecto.
Aunque los accesorios se puedan sumergir en la mar salada, es recomendable darles un baño de agua dulce después. Secar las joyas adecuadamente después de ir a la playa o piscina. Tener cuidado con los productos de uso diario como las cremas de mano o faciales, o fragancias, es por ello, que se recomienda quitarse las joyas antes de hacer uso de estos productos. Por último realizar una limpieza regular, para mantenerlas en perfecto estado.